Nosotros, los miembros de esta iglesia bautista, habiendo sido guiados por el Espíritu Santo y habiendo hecho una profesión pública de fe en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, nos comprometemos mutuamente, como un cuerpo en Cristo, a vivir de acuerdo con los principios de Su Palabra. Con humildad y dependencia en Su gracia, hacemos este pacto:
1. Nuestra relación con Dios
Nos comprometemos a mantener una vida de oración personal, adoración, y estudio de las Escrituras, buscando crecer en el conocimiento y amor de nuestro Señor.
Prometemos buscar glorificar a Dios en todas nuestras acciones, palabras, y pensamientos, buscando ser ejemplos fieles de seguidores de Cristo.
Confiamos en la obra transformadora del Espíritu Santo para guiarnos hacia una vida de santidad, obediencia y gratitud hacia Dios.
2. Nuestra relación con la iglesia
Nos comprometemos a reunirnos regularmente con los demás miembros para la adoración, la enseñanza de la Palabra de Dios, la oración y la comunión, según se nos instruye en las Escrituras (Hebreos 10:25).
Nos comprometemos a servir en la iglesia utilizando los dones y talentos que Dios nos ha dado, para la edificación del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:7).
Nos comprometemos a apoyar la obra de la iglesia con nuestras oraciones, nuestro tiempo, y nuestros diezmos y ofrendas, para el crecimiento del Reino de Dios y el avance del Evangelio.
Prometemos respetar y someternos a la dirección y liderazgo de la iglesia, mientras estos se guíen conforme a la Palabra de Dios (Hebreos 13:17).
Prometemos, que si nos encontramos, por razones de fuerza mayor, imposibilitados de asistir regularmente a los cultos de la iglesia, buscaremos las vías necesarias para mantener la comunión y la dependencia de Dios.
3. Nuestra relación con los demás miembros
Nos comprometemos a amar y cuidar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo, orando por ellos, apoyándolos en sus necesidades, y exhortándolos en amor (Gálatas 6:2).
Nos comprometemos a buscar la reconciliación y el perdón cuando surjan conflictos, siguiendo los principios bíblicos de resolución de conflictos (Mateo 18:15-17).
Nos comprometemos a mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Efesios 4:3), rechazando la división y el conflicto innecesario dentro del cuerpo de Cristo.
Nos comprometemos a participar en la corrección fraternal y en la disciplina amorosa, con el fin de restaurar a aquellos que se desvíen de la fe o caigan en pecado (Gálatas 6:1; Mateo 18:15-17).
4. Nuestra relación con el mundo
Nos comprometemos a vivir de manera digna del Evangelio en nuestros hogares, lugares de trabajo, y en la comunidad, para que nuestras vidas sean un testimonio de la gracia transformadora de Dios (Mateo 5:16).
Nos comprometemos a compartir el Evangelio con los no creyentes, buscando hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a guardar todo lo que Cristo ha mandado (Mateo 28:19-20).
Nos comprometemos a rechazar las obras de la carne y a vivir conforme al fruto del Espíritu, procurando ser luz en medio de un mundo caído (Gálatas 5:19-23).
5. Nuestra dependencia en la gracia de Dios
Reconocemos que no podemos cumplir este pacto por nuestras propias fuerzas, sino que necesitamos la ayuda constante de la gracia de Dios. Por lo tanto, dependemos del Espíritu Santo para capacitarnos en nuestro caminar cristiano, confiando en la promesa de que "el que comenzó en nosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6).
Nos comprometemos a mantenernos firmes en este pacto mientras el Señor nos permita ser miembros de esta iglesia local.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén.